Dos componentes para tener en cuenta en el desarrollo de la conducta infantil: las reacciones biológicas instintivas y reflejas, que se activan con el nacimiento, y las diferentes disciplinas que el párvulo asimila mediante el aprendizaje. Lo biológico y lo cultural se refunden estructurando al ser humano. La educación, entonces, consiste en dominar con instrumentos cognitivos los procesos naturales.