Dos componentes para tener en cuenta en el desarrollo de la conducta infantil: las reacciones biológicas instintivas y reflejas, que se activan con el nacimiento, y las diferentes disciplinas que el párvulo asimila mediante el aprendizaje. Lo biológico y lo cultural se refunden estructurando al ser humano. La educación, entonces, consiste en dominar con instrumentos cognitivos los procesos naturales.
El niño
¿Qué aprende el niño preescolar? A pensar, los sistemas simbólicos (ciencia y arte) y valores; conocimientos acumulados a lo largo de la historia, dándole a la educación un carácter cultural.
La experiencia personal, lo que el niño realiza por sí mismo, es la forma más potente para crear y modificar conexiones cognitivas, convirtiéndose en la principal labor pedagógica. Las acciones son sus verdaderos maestros.
El maestro
¿Qué le corresponde al maestro? Organizar el entorno social educativo del niño. Aunque el jardinero no puede jalar de los pétalos de las flores para que crezcan, sí puede influir en ellas de manera indirecta: abonando y desyerbando la tierra, manejando la humedad y elevando la temperatura. También el maestro, modificando el medio escolar va educando al niño. El ambiente social es la auténtica palanca del proceso educativo y le corresponde al docente organizarlo, “el arte de educar se reduce a orientar y regular la actividad personal del alumno” (Vygotsky, 2001).
Los errores
- Considerar al alumno un sujeto pasivo y no tener en cuenta su desarrollo.
- Creer que el maestro lo es todo y el estudiante nada, como lo pensó la escuela tradicional.
- Centrar la atención únicamente en la experiencia espontánea del párvulo (alejando conscientemente cualquier influencia del adulto), con la creencia de que esta estimula el sentido para la investigación y la creatividad.
- Llevar al máximo una cantidad de conocimientos al educando, transformándolo en una esponja que solo se empapa de información.
En resumen, no tener en cuenta que los conocimientos deben pasar por la experiencia del menor, para convertirse en saber.
Los aciertos
- La experiencia del estudiante como lo esencial y que este se educa practicando.
- Que el docente educa indirectamente, organizando y dirigiendo el entorno social educativo.
“El maestro debe ser como los rieles por los cuales avanzan libre e independientemente los vagones, recibiendo de estos únicamente la dirección del propio movimiento” (Vygotsky, 2001).
El entorno social
Veamos algunos ejemplos prácticos que aclaran el concepto de medio social escolar, que se implementa en forma de “talleres tipo aprendiz-maestro” y sobre el cual tiene toda la responsabilidad y liderazgo el educador. Son espacios de entrenamiento para el desarrollo de las habilidades motoras, cognitivas y artísticas, estos son:
· El colectivo infantil. Es la principal sustancia del contexto social. Todas las acciones de los niños de una u otra forma se ejecutan colectivamente. Los pequeños se forman interactuando con los demás. Por ejemplo, el lenguaje se adquiere a partir de la necesidad de comunicación, le corresponde al maestro organizar y dirigir este entorno para que los menores logren sus objetivos.
· El gimnasio. Aquí se despliegan las habilidades básicas de la motricidad gruesa. En un área especial se concentran múltiples implementos, como: colchonetas, escalera de braquiación, barra de equilibrio, argollas, pelotas, etc. Con base en estos elementos, el docente diseña ejercicios para desarrollar la coordinación motora gruesa y fortalecer la confianza personal de los menores. Luego de orientar la forma de hacer los ejercicios, el niño debe realizarlos por sí mismo.
· La motricidad fina. Se construye un entorno social, integrado por herramientas para fomentar la habilidad manual. El maestro selecciona los elementos de acuerdo con la edad del párvulo, le explica cómo utilizarlos y lo guía para que practique con sus manos el correcto manejo de las tijeras, el pincel, el lápiz y el punzón, por ejemplo.
· El programa trazos y números. Conjunto de cuadernillos con múltiples ejercicios que le permiten al infante desplegar su habilidad simbólica, como el dibujo y la escritura. El docente organiza y planifica la ejecución de los ejercicios y el niño con sus manos recorre el camino establecido en las cartillas.
· Los proyectos. Proporciona oportunidades para adquirir nuevas comprensiones; hace visible el pensamiento y este se aprende a utilizar en diferentes contextos. Este entorno favorece la reflexión, el diálogo y las preguntas, y enriquece el lenguaje verbal.
Para terminar y a modo de síntesis: el proceso educativo consiste en generar experiencias prácticas en el menor y cultivar maestros con capacidad para organizar y dirigir entornos culturales.
¡Hacer para aprender y comprender! ¡Educar para la vida!
Eduardo Salazar Varón
edusalazar56@gmail.com
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