El método global y el método fonético. Discusión.

El método que se aplica en la escuela para el aprendizaje de la lectura y la escritura es determinante, de él depende que se obtengan buenos o malos resultados. Como en todas las ciencias, en la pedagogía el método es concluyente.

Además, en el conocimiento no es igual partir de lo simple a lo complejo que de lo complejo a lo simple. No es lo mismo empezar de la memoria para formar el conocimiento que de la capacidad de relacionar; por eso no consideramos igual utilizar a discreción uno u otro método, y mucho menos ignorarlos. Somos partidarios de emplear el método fonético en contraposición al método global.


Uno de los mejores exponentes del método global es el profesor Glenn Doman, quien afirma que debe partirse de lo global, de la palabra en conjunto, y luego pasar al conocimiento del detalle, de los elementos; su técnica se apoya en memorizar muchas palabras que se presentan de manera rutinaria al niño en láminas (bits).

El método global

Cómo explica Doman su método: sosteniendo un pequeño cartel en el que está escrita

          […] la palabra mamá..., dígale claramente al niño: aquí dice mamá. No le tiene que hacer más descripciones ni elaboraciones. No se lo enseña durante más de un segundo. Al día siguiente, muéstrele la palabra papá y dígale: aquí dice papá. Muéstrele otras tres palabras exactamente del mismo modo que ha hecho con las dos primeras (1986, p. 240).

Este ejercicio se repite con muchas otras palabras, previamente seleccionadas, hasta que el educando memorice lo que se le muestra. Luego, el profesor le enseñará los elementos que componen esas palabras, vale decir, las vocales y consonantes.

Este método no se considera apropiado por su base misma: la de memorizar palabras. Es una etapa absolutamente pasiva del niño, pues el maestro (o padre) se limita a pasar una gran cantidad de bits, en forma de estímulos visuales, hasta que aquel grabe cientos de vocablos; así se pierde lo central en el aprendizaje: la acción consciente del infante.

El método fonético

Aquí, el párvulo se familiariza de varias maneras con la existencia de las palabras, aunque en ningún caso el maestro pretende que las memorice. Los alumnos inician el aprendizaje de estas conociendo sus principales unidades: las cinco vocales y siete consonantes: m, l, p, s, t, n, d (no es necesario aprender todo el abecedario). Por supuesto que este aprendizaje no es asunto fácil, pero una vez logrado, con rapidez el menor se encuentra en proceso de construcción de su propia lectura al combinar las unidades aprendidas.

Este método, correctamente dirigido, lleva al niño, por sí mismo, a un proceso de construcción de lectura activa de palabras; no solo podrá leer veinte o treinta de ellas, ahora podrá hacer cualquier lectura, descifrar cualquier texto, pues ya conoce la estructura interna de las palabras.

El método fonético pone a prueba la capacidad de relacionar, de construir palabras, mientras que el método global fomenta la memoria visual gráfica.

Crítica al método global

El método global acarrea un doble trabajo que provoca la pasividad del infante: primero, el profesor debe realizar una pesada rutina diaria que consiste en mostrarle muchos bits con palabras para que las memorice sin comprender su estructura interna; luego, acostumbrado a una lectura pasiva, pasa a conocer sus elementos: las vocales y consonantes, después se supone que el niño comprenderá de manera racional lo que aprendió globalmente de memoria. Esto significa emprender el camino de regreso, de lo particular a lo global.

Ventajas del método fonético

Se fundamenta en la inteligencia y en la capacidad de relacionar que tiene el párvulo; guarda cierta analogía con la construcción de rompecabezas, con los cuales el entrenamiento consiste en desarrollar la capacidad de relacionar y construir, lo que comporta esencialmente la acción del niño y su propio esfuerzo intelectual (no memorístico) en el aprendizaje. Respecto a la lectoescritura, se le enseñan unos cuantos sonidos-signos y a partir de allí el educando descifra significados, los une, y construye palabras.

Este método lleva al aprendiz a expandir su conocimiento, lo faculta para que por sí mismo lea en cualquier situación, lo convierte en un lector autodidacta; posteriormente no requerirá del docente para que le indique cómo se lee una palabra determinada. Así se ha comprobado con muchos niños, quienes al tener un dominio básico de los sonidos de vocales y consonantes, se lanzan a leer todo sin ayuda.

De la lectura fonética a la lectura global

En efecto, la lectura inicial es fonética, fragmentada y separada por fonemas. Pero esto no es relevante, pues es el proceso propio de aprender que siempre implica un camino que va de lo imperfecto a la perfección.

Después de que el niño domina la lectura fonética, el maestro debe ocuparse en enseñarle la lectura global y rápida, esto es, guiarlo para que lea sin deletrear, sin partir las palabras por sílabas; debe ejercitarlo para que aprenda a leer por imágenes globales, que lea la palabra como unidad, luego por conjunto de frases y más adelante por párrafos. Este proceso es ulterior y no tiene nada que ver con el método global que ya se criticó. De la lectura fonética se debe pasar a la lectura global.

Corroboran el método fonético, la enseñanza de la música y el solfeo, que se inician con el reconocimiento de cada una de las notas-sonidos que después se relacionan, se combinan. En este caso la enseñanza no sería posible al contrario: a partir de la combinación global de notas no se podría guiar el conocimiento de cada una de ellas.

Método fonético y aprestamiento

     "A veces, se ha defendido a los métodos globales para la enseñanza de la lectura con la afirmación de que los lectores maduros perciben palabras e inclusive frases completas de una sola vez, y no letras o sílabas individuales. Claro está que esto es cierto, pero de ninguna manera viene al caso en este problema. Lo que se aplica a los lectores diestros no se aplica necesariamente a los alumnos que apenas están aprendiendo a leer. Las técnicas empleadas por un experto al ejecutar una habilidad compleja difícilmente serían recomendables como ejercicios prácticos convenientes para el principiante […] (Ausubel, 2001, p. 76).

Ahora bien, el éxito del método fonético radica en seguir todos los pasos de aprestamiento del aprendiz y la formación de su pensamiento. De no ser así, este método estaría destinando a fracasar. Muchas veces lo que falla no son los métodos, sino su aplicación. La verdadera revolución de la enseñanza de la escritura está en la calidad del aprestamiento.

En suma, el éxito en la enseñanza de la lectura y la escritura sí es un problema de método, y el fonético concuerda con los procedimientos del método científico, que indica ir gradualmente de lo simple a lo complejo, de la parte al todo, cuya base no es la memoria sino la inteligencia. Entonces, el análisis y la síntesis son el camino hacia la adquisición de la lectoescritura.



Eduardo Salazar Varón

edusalazar56@gmail.com