miércoles, 13 de abril de 2016

La era digital,la era del pensamiento


    
La época digital supera la función que le correspondió cumplir al libro: registrar los conocimientos adquiridos en tiempos pretéritos. Hoy contamos con grandes cantidades de información almacenada que son de inmediata adquisición. Con Internet, la información dispersa y desligada está al alcance de la mano de manera articulada y centralizada en un solo lugar. Así surge una poderosa memoria social disponible para cualquier ciudadano. 

Al mismo tiempo, en el campo de la representación mental se produce una verdadera revolución. Internet, la computadora y su software son “un conjunto de componentes lógicos” que amplía la capacidad de representar con base en símbolos realidades ausentes, de tal forma que se pueden construir proyectos detallados antes de llevarse a la práctica, y esta es la estructura que compone la base del pensamiento. Por supuesto que en el pasado también era posible anticipar acciones, pero nunca con los alcances de la modernidad. Ahora la cognición supera sus propias limitaciones. Y este es uno de los mayores aportes de la era digital. 

Basta un clic para que la mente adquiera información sobre un tema. Podemos dedicarnos verdaderamente al oficio de reflexionar. La erudición deja de ser una virtud y el pensamiento ocupa el papel protagónico. 

Así mismo, la informática es un logro de la ciencia y del arte para ampliar su cobertura social. Si el pensamiento se fundamenta en la interacción colectiva, en esta etapa encuentra sus mejores condiciones, diferente a las ideas que se transmiten, por ejemplo, a través de medios como la televisión, que son unilaterales e imperiosos. Hoy la reflexión interactúa con miles de pensamientos. Quien escribe e investiga puede comunicar al mundo entero sus hallazgos, asimilar lo producido por otros colegas y ser controvertido. El conocimiento se universaliza y enriquece. 

Si consideramos como instrumentos psicológicos el lenguaje verbal y el escrito, ahora debemos incluir la computadora e Internet. Por primera vez en la historia de la humanidad se construye un aparato no para transformar materia prima, sino para desarrollar procesos mentales y administrar información cognitiva; sin lugar a duda, estos dos nuevos mecanismos psicológicos impactan de manera extraordinaria en el ser humano en mayor grado que el invento de la escritura. 

Pero nada más absurdo pensar que la era digital remplaza la función lectora y escritora, por el contrario, las lleva a niveles más altos y las reconoce como su contenido primario. Las diferentes formas simbólicas que se presentan, por ejemplo, en YouTube, no pueden sustituir la habilidad lectora; tampoco el pensamiento, pues este no se identifica con el concepto de información. 

En definitiva, escribir y leer correctamente son requisitos sine qua non para imbuirse en profundidad en la era de la informática, pues fueron la ciencia y el arte las fuentes que inspiraron la nueva tecnología. Urgimos de una formación fuerte en habilidades lectoescritoras. Hay tanto material disponible que se requiere capacitación especial para utilizar las categorías lógicas de inducción y deducción, analizar y sintetizar, seleccionar lo importante de lo superfluo, crear hipótesis y, desde luego, elaborar conclusiones. 

Quisiera agregar un elemento y es la posibilidad de comparar abundante material para estimular al pensamiento a descentralizarse y lograr una visión de conjunto sobre un tema. Surge la analogía. Todo esto es posible solo si el joven está educado en el arte de pensar y leer, formación que inicia en la edad preescolar, cuando se ejercita en las operaciones lógicas básicas: identificar, diferenciar, agrupar y seriar, entre otras. 

En suma, les corresponde a las instituciones educativas desarrollar en sus educandos habilidades lógicas para procesar la información y buscar nuevas formas de reflexión. 

¿Puede la computadora, una máquina, remplazar el pensamiento? ¿Puede pensar? ¡No! Las computadoras se programan, no sienten ni lloran, no tienen el deseo de superación, el amor está ausente, solo cumplen la función de organizar la información.

¿La computadora puede relevar al docente en su oficio? ¿Los maestros están destinados a desaparecer en los procesos educativos por el dominio de Internet y la computadora? Considero que no, pues la relación fundamental que se teje en los procesos de enseñanza-aprendizaje es emocional. La empatía y la creación del interés serían ilusorias si los estudiantes no tienen a quién emular. 

Por otro lado, los procesos educativos no son mecánicos, impera en ellos el establecimiento de puntos de partida en la adquisición de nuevos conocimientos. Todo lo anterior hace imprescindible la presencia activa del docente. La computadora desempeña un papel significativo en la educación como instrumento auxiliar, y al igual que Internet, complementa la educación. 

¿Puede un sistema operativo sustituir al lenguaje escrito? ¿El teclado podrá suplir el aprendizaje del trazo de las letras? ¿Será obsoleto aprender a dibujar objetos y escribir palabras? ¿Será desfasado aprender a dibujar con lápiz? ¿El tenis virtual podrá remplazar al tenis de práctica real? Dejo al lector la reflexión de estas preguntas.

Eduardo Salazar Varón.

edusalazar56@gmail.com

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