El niño nace dotado con esta capacidad potencial para adaptarse al medio cultural en colaboración con el adulto. Una de las manifestaciones iniciales de la inteligencia es la inclinación a utilizar instrumentos materiales y psicológicos, que prolongan los órganos del hombre y los potencializan; así, por ejemplo, una vara para acercar un objeto que se encuentra lejos, un martillo para golpear algo que no puede con su mano; una cuchara para medir una porción y no comer con las manos; el lenguaje verbal para comunicarse personalmente con el grupo, y el escrito para hacerlo con ausentes.
En el transcurso de la adaptación del ser humano a la vida cultural, la inteligencia se transforma en reflexión. ¿Cuál es la diferencia entre el pensamiento y la inteligencia? Es importante esta distinción: la inteligencia permite realizar acciones intencionales de adaptación al medio que no requieren del lenguaje articulado, y el pensamiento equivale a estas mismas acciones mediadas por el lenguaje verbal, que planifica las acciones.
El razonamiento es una operación mental basada en signos, la inteligencia se apoya en imágenes motoras. Es evidente que en las primeras etapas el lenguaje y la inteligencia no coinciden. Se puede ser inteligente sin el lenguaje, pero no pensar sin la intervención del lenguaje. Para reflexionar se requiere el lenguaje articulado, la inteligencia solo implica la acción, y tiene una visión segmentada y limitada del mundo que la rodea. Las imágenes motoras solo permiten anticipar la realidad parcialmente; mientras que el pensamiento, al cimentarse en el lenguaje verbal y escrito, puede captar la realidad en conjunto al reflejar de manera más exacta el movimiento de la vida, similar a la diferencia que hay entre una fotografía y un video.
Ahora bien, ¿qué función tienen en común la inteligencia y el pensamiento? Juntos implican “representaciones mentales” que anticipan las acciones por ejecutar, en concordancia con el entorno donde se vive; por ejemplo, el chimpancé puede organizar previamente una emboscada a un intruso al distribuir las tareas con su manada; utilizar dos piedras para partir una nuez implica un mínimo de previsión, también anticipar una vara para sacar termitas de un gran tronco; y, un ingeniero adelanta en planos y cálculos matemáticos, la construcción de un puente.
¿Cuál es el origen de la anticipación? Veámoslo: especial atención merece esta función en el proceso de adaptación de los seres vivos, no surgió “súbitamente como resultado de una intervención espectacular” (Llinás) . La anticipación y el sistema nervioso central tienen origen en el proceso de la selección natural de los organismos con movimiento y desplazamiento (Darwin) . Es el producto de la evolución y la interacción de los seres vivos con la realidad, proceso paulatino que duró más de 700 millones de años. Predecir los movimientos inesperados de otros seres que también están en la escena de la supervivencia significó la diferencia entre la vida y la muerte. El ensayo y el error preludian la representación mental.
Además, no se habrían podido contrarrestar los infortunios y peligros de la vida si el sistema nervioso no se equipaba con la capacidad para anticipar planes futuros. Por esto se considera “la predicción como la verdadera entraña de la función cerebral” (Llinás) . Medir sus fuerzas antes de enfrentarse a su rival; emplear estrategias como el asecho, el camuflaje y el engaño, son algunos ejemplos que ilustran esta función; es más, dan origen al trabajo en grupo. El individuo debió haber comprendido su limitación y anticipar con otros miembros algunas acciones que no podía hacer por sí mismo.
Comparado con otras especies, el ser humano se muestra débil y limitado en sus acciones, pero su inteligencia prevaleció. No sobrevivió el más fuerte físicamente, sino el más inteligente, quien tenía mayor capacidad para planear (Darwin) . La superioridad del ser humano sobre las demás especies demuestra que “anticipar y planear el futuro son las facultades cognitivas que mejor definen al ser humano” (Sagan) .
En el niño se encuentra “cableada” esta capacidad potencial, que el maestro le debe fomentar, ejercitar y desarrollar. La vida del párvulo no transcurre por fuera de las leyes de la adaptación a la vida. En la medida en que se ahonda esta capacidad de representar –y es uno de los objetivos de la educación– se potencia la inteligencia, y el pensamiento la aventaja al integrar los signos para planificar acciones.
Al respecto, abundan los ejemplos en el proceso académico. El infante que no anticipa la relación que debe establecer para armar un rompecabezas se circunscribe a efectuar movimientos de ensayo y error; también para los ejercicios de motricidad fina, como poner una tapa con rosca y ordenar palitos de grande a pequeño, el niño debe imaginar anticipadamente la relación que va a establecer. En el deporte, el tenis es un buen ejemplo, para hacer la devolución correcta de un servicio del contrincante, el jugador depende de su capacidad para prever hacia dónde viene la pelota, a dónde la va a devolver y a qué altura debe pegarle con la raqueta.
Asimismo, cuando se exponen diversos ejercicios de inteligencia, se le dice al niño, “primero piensa y luego resuélvelos” (Feuerstein) . “Piensa antes de actuar”. Otro excelente ejemplo está en el ajedrez, juego que enseña al niño a anticipar las jugadas, a calcular dos o tres movimientos antes de hacerlos; no es suficiente ver qué pieza puede capturar, sino cuáles son las consecuencias. Los laberintos son otro ejercicio de anticipación. La reproducción de modelos es una forma de construir imágenes, que después se arman con más fichas.
Por consiguiente, si el lenguaje hace posible la representación a través de signos verbales, el lenguaje escrito lo reestructura aumentando su potencial representativo.
Grosso modo, se define el pensamiento como la capacidad de hacer una práctica mental antes de llevarla a cabo, utilizando símbolos y signos verbales o escritos. Con estas consideraciones espero haber destacado la importancia que tiene el estudio de la representación mental y su implementación en la práctica pedagógica infantil.
edusalazar56@gmail.com
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