Varios caminos se pueden tomar para la enseñanza de la lectoescritura. Pero hay uno que a nuestro juicio es el más adecuado: el que tiene en cuenta el desarrollo artístico infantil. El niño primero aprende a representar imágenes de la realidad con el dibujo, y luego con signos. Dibuja el esquema corporal, objetos y animales casi que espontáneamente. El dibujo como boceto lo acerca a zonas de desarrollo más complejas como las representaciones con signos, y esto es posible porque dibujo y escritura son productos del conocimiento, representan realidades, uno con símbolos y la otra con signos, y forman parte del sistema simbólico; solo se diferencian en el grado de abstracción.
Fluye la escritura de las letras una vez que el párvulo domina el dibujo de las figuras geométricas y los trazos básicos. Qué cercano al niño comprender que puede expresar un sentimiento o idea a través de signos después de dibujar las figuras humanas en sus diferentes posturas emocionales. Dibujar es agradable para los pequeños, los prepara en el manejo del trazo; les ayuda a comprender que se pueden dibujar los sonidos del lenguaje; a mejorar el entendimiento y a estructurar el pensamiento para expresar ideas. Dibujar es una manera de pensar y escribir. Es un instrumento preparatorio (boceto) para la realización de obras como la pintura y la escritura; es un medio gráfico para entender y comunicar ideas (diagramas); y además, tiene un fin artístico en sí mismo.
En las formas artísticas iniciales –por ejemplo, los dibujos de las cuevas de Altamira– se encuentran los orígenes de la escritura, por esto primero enseñamos a dibujar y luego a escribir.
Una letra es el dibujo de un sonido y un símbolo el de un objeto. Arte y lectoescritura hacen simbiosis cognitiva poderosa. Históricamente hablando, el ser humano inventó el dibujo y miles de años después la escritura. Se suceden y complementan, como la resta y la suma. ¡Qué fácil escribir luego de aprender a dibujar! Se desvela así, el arte como el camino idóneo para la construcción y comprensión de la escritura.
No sobran los esfuerzos encaminados a fortalecer la enseñanza de la lectoescritura, pues no cabe duda de la importancia formativa que ejerce sobre el niño, y más aún en la época de la revolución informática. El buen desempeño en la escuela y el ejercicio profesional dependen de la capacidad de comprender textos y escribir correctamente.
En resumen, nuestra metodología de enseñanza de la lectoescritura se basa en la posibilidad de establecer el máximo de conexión con el arte, particularmente con el dibujo, para guiar al párvulo a una mejor comprensión del significado de la lectoescritura y su aprendizaje.
Eduardo Salazar Varón
edusalazar56@gmail.com
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